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Cuando comencé mis estudios universitarios, conocí a una gran amiga que trabajaba en el área de compras de Mercy Corps. Al escuchar entusiasmada su experiencia y conmovida por la labor que realizaban, me empecé a interesar en la organización, viendo en ella la posibilidad de contribuir a personas que realmente lo necesitaban. Mientras la escuchaba, solo podía pensar en trabajar allí, por lo que empecé a presentarme de forma persistente a todos los procesos de selección en los que creía encajar.

Después del tercer intento, finalmente se me abrieron las puertas en este maravilloso mundo humanitario, en el área de administración. Amé esta primera experiencia porque al ser un cargo transversal, pude conocer a la mayoría del equipo nacional y aprender sobre muchos procesos de la organización que aportaron tanto a mi vida profesional como personal. También me permitió entender que hay millones de maneras de contribuir a la sociedad, incluso a través de pequeños actos.

En el año 2023, se abrió la vacante para un puesto como oficial programático, y llena de incertidumbres decidí presentarme. Tuve la oportunidad de pasar al área programática con el programa JovenPro, al que le tengo mucho cariño porque cada día me enseña algo nuevo y aporta a mi vida en general.

Al principio, no sabía ni por dónde empezar. Mi experiencia laboral en otras empresas privadas se había centrado principalmente en servicios de administración o contabilidad, donde no estaba directamente relacionada con las comunidades. Mis pensamientos intrusivos me decían que "no estaría a la altura" o que "aún no estaba tan preparada como creía". Pero gracias a Dios, cuento con un excelente equipo de liderazgo que me apoya y contribuye a mi crecimiento constante. Allí pude tener mis primeras experiencias con las comunidades, asistir a reuniones con posibles aliados y participar en diversos espacios en las regionales de Cartagena, Medellín y Valledupar, donde pude comprender todo lo que implica la ejecución de un programa, lo cual no es nada fácil.

Una de las experiencias que más me ha marcado a nivel personal y profesional es poder acompañar a la regional Cesar en los CampusPro, apoyando en diferentes actividades en terreno y compartiendo con los participantes. Pude conocer a personas que, a pesar de enfrentar grandes necesidades, continúan con ánimo y disposición de cambiar, surgir y buscar una calidad de vida más digna.

Cada día, al finalizar las jornadas en la regional durante mi estadía, hacía una nueva reflexión: somos tan afortunados y no lo notamos, damos por hecho cada día el poder abrir nuestros ojos y visualizar todo lo que el día nos tiene preparado.

Todas estas experiencias han significado para mí pasar de la compasión pasiva a la acción. No se trata solo de pensar: "pobrecita esta persona", sino de tomar acciones, aunque sean simples, para aportar un grano de arena a la transformación de la vida de aquellos que posiblemente dependen de nosotros para subsistir.

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